domingo, 7 de septiembre de 2008

Conflicto educativo

"El Gobierno debe estar satisfecho de haber perdido el referéndum que acordaron los sindicatos y Educación"

Si el Gobierno hubiese cedido a las pretensiones de los sindicatos de profesores en este momento estarían comprometidos 220 millones de euros de los presupuestos de la comunidad que habría que sustraer a otros capítulos. Los profesores habrían incrementado sus sueldos un 16%, frente a la mayoría de los trabajadores de este país que ven con desolación, en el peor de los casos, como tienen que dejar sus puestos de trabajo, o como los sueldos se congelan como medida preventiva para atravesar la crisis económica.

El Gobierno, a estas alturas y conociendo la dimensión de la crisis económica, debe estar satisfecho de haber perdido el referéndum que acordaron los sindicatos y la Consejería de Educación. Ese fracaso gubernamental ha evitado las sangría de parte de los ingresos de comunitarios.

Quienes no deben estar muy contentos son los sindicatos que propugnaron el ‘no’ al acuerdo de Educación y los profesores que votaron. Ahora, con una gruesa crisis económica a nuestras espaldas, se desvanece la posibilidad de un acuerdo sobre la homologación y pierde fuerza moral exigir aumentos de sueldo desproporcionados bajo la amenaza de la desestabilización política. Si hubiesen aceptado el acuerdo, el profesor que menos estaría cobrando en su nómina los efectos del mismo verían incrementada en ochenta euros sus ingresos y el que más en 250 euros, un buen pellizco para superar este momento.

Frente a las pretensiones de los sindicatos de profesores, el Gobierno ha actuado con autoridad, defendiendo los intereses generales frente a los intereses de un colectivo que mucho tendrá que cambiar para volver a convencer a la sociedad de que sus planteamientos son justos en el conjunto de la situación por la que atraviesa las islas. Tendrán que convencernos de que sus planteamientos al respecto tienen algo que ver con la necesidad de mejorar la calidad educativa y repercutir en el futuro de las isla, y no con sus exclusivos intereses pecuniarios.

Por eso insisto en la coherencia de este Gobierno al enfrentarse al problema. No ha comprometido cifras millonaria para el futuro, hipotecando a los gobiernos que vengan detrás para salvar la legislatura. Hizo un planteamiento razonable con mejoras económicas medidas en función de la necesidades de la comunidad educativa, que ahora no está en la obligación de aplicar porque los profesores votaron en contra. Y por último aplicó medidas de absoluta necesidad para padres que trabajan y para niños que necesitan horas extras para mejorar su formación.

Este curso el 54% de los centros públicos de Educación Infantil y Primaria tendrán apertura temprana. En 370 centros se abrirán las puertas a las 7.00 de la mañana para que los padres que trabajan puedan dejar a sus hijos en el colegio y no solos en casa o sacrificando a parientes o pagando un servicio extra. Esta medida, que cuenta con un presupuesto de 1.030.126 euros, beneficiará a 72.000 niños y a sus familias.

El 20% de los centros de Infantil y Primaria tendrán actividades de refuerzo educativo, medida de la que se beneficiarán otros 26.000 alumnos de 137 centros escolares. Paralelamente, según anuncia la Consejería de Educación, en 57 centros de Educación Secundaria se iniciará este curso un programa experimental de actividades de refuerzo educativo que se espera llegue a 2.500 jóvenes. El Gobierno se gastará en estas iniciativas un millón de euros, más varios millones más en otra serie de medidas como el reforzamiento de las segundas lenguas.

Ante estas medidas, pedidas a gritos por los padres, los sindicatos deben sonrojarse porque se trata de trabajo remunerado para la mejora de la calidad de la enseñanza y no remuneraciones a cambio de nada para la comunidad. ¿Quién hará este ingente trabajo desde las siete de la mañana en estos centros educativos? ¿Qué profesores se quedarán después de las horas de clase para los refuerzos? Los sindicatos ya han dicho que trabajaran a reglamento.

No piensan hacerlo. En este caso, después de ofertar a los profesores que sí quieran, se trata de una decisión personal, el Gobierno deberá acudir a la contratación de más profesores en las listas de interinos, una posibilidad que acogen con mucho entusiasmo quien no tiene trabajo y que ayudará a mejorar las maltrecha cifras de paro que venimos sufriendo y que terminará minando aún más la credibilidad sindical.

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